Dos estudios diferentes apoyan la hipótesis del calcio en la enfermedad de Alzheimer suponiendo un paso importante para comprender la conexión entre las alteraciones en la señalización del calcio y los mecanismos de acumulación de beta-amiloide.
Un equipo de investigadores dirigido por el Instituto Feinsteind de Investigación Médica y el Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York (Estados Unidos) ha descubierto un segundo factor de riesgo genético para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en un inicio tardío. Su descubrimiento se publica en la revista Cell.
El gen, que hasta el momento se creía que no tenía ninguna función, se encuentra activo predominantemente en una región del cerebro afectada pronto por la enfermedad que actúa como un canal de calcio. Los investigadores lo han denominado 'modulador 1 de la homeostasis del calcio' (CALHM1) y muestran que diferentes variantes del gen también influyen en los niveles de los péptidos beta-amiloide, péptidos que constituyen las placas que se forman en el cerebro de los afectados por Alzheimer.
Según los investigadores, la presencia de CALHM1 en la superficie celular debería facilitar el diseño de fármacos. Debido a su actividad restringida en el cerebro, los fármacos dirigidos a CALHM1 son menos propensos a tener efectos secundarios periféricos.
Estos resultados aparecen al mismo tiempo que los de otro grupo de investigación de la Universidad de Pensilvania que informa sobre la identificación de un desequilibrio del calcio en la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano vinculada a un canal iónico de liberación del calcio. Los resultados de este último trabajo se publican en la revista Neuron.
El único gen de susceptibilidad a la enfermedad comprobado es el conocido como APOE, descubierto en el cromosoma 19. Otras evidencias sugerían que podía existir un segundo gen en el cromosoma 10, sin embargo no éste no se ha descubierto.
Los investigadores sospechaban que la susceptibilidad a padecer la enfermedad a edades avanzadas podría proceder de genes activos sobre todo en las regiones cerebrales afectadas, como el hipocampo. Analizaron genes que se expresaban sobre todo en esta zona del cerebro que además se encuentra dentro de la región cromosómica asociada al Alzheimer.
El trabajo les llevó hasta CALHM1, un gen del que se desconocía su función. Descubrieron que una variante de CALHM1 se encontraba de forma más frecuente en las personas con Alzheimer que en aquellas que no padecían la enfermedad. Los investigadores creen que una única copia de esa variante aumenta la posibilidad de desarrollar Alzheimer en 1,44 veces. El riesgo para aquellos con dos copias podría ser más elevado.
Fuente: El médico interactivo.
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