Una investigación en familias numerosas de Oriente Medio y otros países árabes ayudó a los científicos a identificar seis nuevos genes implicados en el autismo, según un estudio publicado el jueves en Estados Unidos.
El trabajo "apoya firmemente la nueva idea de que el autismo proviene de trastornos en la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones según sus experiencias -consistente con la aparición del autismo durante el primer año de vida, cuando muchas de esas conexiones se gestan-", señaló el equipo de investigadores del Hospital de Niños de Boston y miembros del Consorcio de Autismo, un grupo de apoyo e investigación estadounidense.
El equipo dirigido por Christopher Walsh, investigador del Instituto Médico Howard Hughes, visitó Turquía, Dubai, Kuwait y Arabia Saudí para confirmar los diagnósticos, señalaron los investigadores.
En poco más de 6% de las 88 familias fue detectada una inusual herencia de genes, que parecían eliminados, pero que en realidad estaban obstruidos en los niños autistas y no en otros portadores del defecto. "Curiosamente, los genes afectados no faltaban, sino que sólo estaban bloqueados, lo cual abre la posibilidad de desarrollar terapias que puedan reactivar esos genes", aseguraron los investigadores en su estudio.
En las familias tradicionales árabes, es común que los primos se casen entre sí, lo cual potencia la posibilidad de que surjan mutaciones genéticas raras, dijo el equipo en el estudio publicado por la revista especializada Science. Y además suelen tener más hijos que las familias occidentales, algo que resulta relativamente más ventajoso para los estudios genéticos.
El trabajo incluyó a 104 familias árabes que padecían una alta incidencia de autistas, reclutadas en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Omán, Pakistán, Qatar y Turquía. De ellas, 88 tenían matrimonios entre primos.
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