Las pérdidas auditivas en la infancia afectan al desarrollo emocional del lenguaje y del niño, así
como su adaptación al medio social y familiar. Estos efectos adversos pueden evitarse si el diagnóstico de las pérdidas auditivas, y el inicio del tratamiento y la rehabilitación, se establecen antes de los 6 meses de edad.
Para la detección temprana de las pérdidas auditivas se han empleado técnicas diversas, tanto
subjetivas (basadas en respuestas conductuales a estímulos sonoros), como objetivas (que utilizan respuestas fisiológicas). Actualmente, las más efectivas y confiables son las otoemisiones acústicas y los potenciales evocados auditivos de tronco cerebral. Numerosos grupos de investigadores, en todo el mundo, trabajan arduamente en la búsqueda de una técnica diagnóstica ideal. Algunos autores han propuesto la aplicación de la técnica de los potenciales evocados auditivos de estado estable, como una nueva alternativa diagnóstica en la detección temprana de las pérdidas auditivas, y la utilizan en el contexto de un programa de cribado auditivo.
En este artículo, se revisan las principales ventajas y desventajas de cada uno de estos procedimientos, así como los principales resultados, en términos de sensibilidad y especificidad, que se han obtenido al utilizarlos en los programas de cribado auditivo.
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