Un estudio sugiere que la oxitocina es la hormona que nos permite reforzar los vínculos sociales. La hormona del amor, relacionada con el placer sexual y el sentimiento de vinculación y el cuidado materno también parece ayudarnos a reconocer caras que nos son familiares, señalaron ayer investigadores suizos. Un grupo de hombres que recibió oxitocina (una hormona relacionada con el amamantamiento y el parto) pudieron recordar con más precisión imágenes de rostros familiares, pero la hormona no les ayudó a reconocer objetos inanimados, señaló Peter Klaver, de la Universidad de Zurich.
Sus hallazgos, publicados en The Journal of Neuroscience, sugieren que la hormona, de alguna manera, refuerza las redes neuronales del cerebro implicadas en la memoria social y deben tener implicaciones para trastornos como el autismo.
"El estudio subraya los paralelismos entre ratones y hombres en lo que respecta al proceso de información social y refuerza la noción de que la oxitocina juega y papel clave", afirma Larry Young, experto en oxitocina de la Emory University, en Atlanta (EE UU), quien no ha participado en la investigación. "Esto tiene implicaciones importantes para desórdenes tales como el autismo, donde el procesamiento de información social está claramente dañado".
Desde hace años se sabe que la oxitocina está relacionada con el parto y que es la hormona que estimula la producción de leche para el amamantamiento. Estudios con animales sugieren que puede facilitar el vínculo entre la madre y su hijo y en la pareja. Sólo en las últimas décadas se ha descubierto que también juega un papel en hombres: en la excitación y en la función sexual.
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