Conocemos como lexicón el estado mental de conocimiento que tiene un sujeto acerca de las palabras. Representa nuestra memoria acerca de las palabras.
Se le ha denominado léxico mental porque contiene los mismos tipos de información que contendría un buen diccionario, aunque es preciso indicar que la información de un buen diccionario y la del léxico mental están organizadas de manera muy diferente. Desde el punto de vista de la organización, es evidente que un diccionario ordena alfabéticamente sus entradas, cosa que no ocurre con las palabras del léxico mental. Como indica Aitchison (1994), podemos fijarnos en los errores que producen las personas al hablar, cuando confunden una palabra con otra. Si el lexicón estuviera organizado alfabéticamente, podría esperarse que los hablantes que comenten esos errores seleccionaran las palabras por su cercanía alfabética, y pronto comprobamos que eso no ocurre.
Los errores encontrados en el procesamiento normal del habla, los llamados errores espontáneos del habla, nos muestran que, aunque los sonidos iniciales de las palabras tienen su importancia, están lejos de estar ordenados alfabéticamente.
En cuanto a su contenido, el lexicón presenta dos rasgos diferenciales muy importantes:
1. A diferencia de un diccionario, tiene un contenido siempre en constante cambio. Las personas, los sujetos, añaden nuevas palabras constantemente, eliminan palabras, alteran la pronunciación, la dotan de significados diferentes, cambian sus referentes, etc.
2. Contiene mucha más información acerca de cada entrada de la que puede contener un diccionario. Todos los posibles diccionarios tienen una cantidad limitada de información. Son incapaces de incluir toda la información que un sujeto puede llegar a conocer acerca de cada palabra.
Podemos considerar que el lexicón mental contiene la siguiente información acerca de las palabras, entendiendo que ésta es siempre subjetiva, pues se refiere a la que un sujeto concreto posee:
1. Información sensorial. Se refiere a la naturaleza ortográfica o fonológica de las palabras. Ello quiere decir que sabemos cómo se escribe y sabemos cómo se pronuncia una palabra. Naturalmente no es imprescindible que estén las dos presentes. Es lógico que si una persona no sabe leer, no tendrá representaciones ortográficas de las palabras. De la misma manera, si una persona es sorda, puede que no tenga represnetaciones fonológicas de las palabras.
2. Información morfológica. Es nuestro conocimiento acerca de la estructura de una palabra. Su composición lexema-morfema(s), su estructura silábica, su categoría gramatical en algunos casos.
3. Información sintáctica. Es el conocimiento que tenemos acerca del rol que pueden desempeñar las palabras en las oraciones.
4. El significado de las palabras. Alude a nuestro conocimiento de acerca de qué versan las palabras, con todas las acepciones posibles y con todos los enlaces posibles, normalmente semánticos aunque pueden serlo por homofonía, con otros significados, que a su vez remiten a otras palabras, palabras asociadas o relacionadas semánticamente.
5. Palabras relacionadas. Las palabras se hallan relacionadas semánticametne con otras palabras. Aquí incluiremos el concepto de "vecinos". Denominaremos palabras vecinas a aquellas que son ligeramente diferentes tanto en su ortografía como en su fonología (en el caso del español) y que son muy diferentes en su semántica. Sería el caso de /caballo/ y /cabello/, por ejemplo.
Extraído del libro: Psicología del lenguaje. J.M. Rodríguez Santos. Ediciones Algaida.
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