Más que leer un cuento, se trata de compartir una historia. Vivir con el niño las
emociones, pensamientos y hazañas de los diferentes personajes. Disfrutar contando
la historia permite que los que escuchan también lo hagan.
* Narrar el cuento con sinceridad. Debe creerse lo que cuenta, de esta manera alimentará la ilusión y fantasía del pequeño.
* ¿Por qué no inventar un cuento colectivo? Esto permite crear el cuento que realmente nos apetece leer. Ilustrarlo también es interesante, poder dibujar los personajes tal y como nos los imaginamos es una bonita práctica que nos adentra todavía más en la historia inventada, podemos “verlos”.
* Involucrar a los niños en la historia que estamos contando: ¿qué pasará ahora?; ¿qué dirá determinado personaje?; etc. Esto puede hacernos dejar de lado el cuento elegido pero no importa, lo realmente bonito es imaginar, imaginar e imaginar.
* La clave es captar la atención de los niños. Para ello será importante.
- Elegir el momento y lugar adecuados (sin distracciones).
- Utilizar un lenguaje sencillo.
- Emplear diferentes tonos de voz, movimientos corporales, gestos.
- Repetir el cuento si lo piden.
- Utilizar las pausas y los cambios de ritmo en la voz animarán la narración y mantendrán la atención.
- Introducirse e introducir a los niños en la historia.
- Con los más pequeños no es necesario leer tal cual el texto. Mejor será contar la historia con lenguaje sencillo a partir de las ilustraciones. A medida que van siendo mayores podrá respetarse el texto en su totalidad.
Fuente: www.elvalordeuncuento.es
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