Hellen Keller es uno de los ejemplos más notables de superación personal ante las limitaciones físicas, en este caso encarnado en una excepcional mujer.
Hellen nació en Tuscumbia, Alabama, en 1880. Cuando aún no había cumplido los dos años de edad quedó ciega, sorda y muda debido a una enfermedad pasajera, pero muy traumática para ella y su familia. Su capacidad para afrontar retos le llevó, no sólo a superar uno tras otro todos aquellos ya de por sí difíciles para una persona altamente discapacitada, sino incluso muchos otros que pondrían a prueba a seres considerados “normales”.
La inteligencia de Hellen era prodigiosa, algo que sus padres tuvieron en cuenta, y tras un primer contacto con el Instituto Perkins para ciegos de Watertown, Hellen quedó en manos de una joven profesora llamada Anne Sullivan, la cual iniciaría un largo pero fructífero camino en su enseñanza. 49 años duró su trabajo pedagógico.
Al principio, Hellen era incontrolable. Carecía de dos sentidos fundamentales, además de la pérdida del habla, y eso hacía improbable que pudiera llegar a comunicarse con otros humanos. Cualquier proyecto personal parecía infranqueable.
Anne utilizaba el tacto para enseñar a Hellen cómo eran las cosas que le rodeaban. Un día se dio cuenta de que Hellen relacionó el tacto del agua con un movimento que le había hecho sobre la palma de la mano. Hellen enseguida aprendió a nombrar las cosas que su maestra le enseñaba con diferentes signos de las manos sobre su palma, de tal modo que cinco años después ya dominaba hasta 70 señas diferentes, que empleaba para comunicarse con las personas más cercanas, especialmente su familia.
Anne enseñó a Hellen a reconocer los carácteres alfabéticos, deletreándolos sobre la palma de la mano, y a “entender” lo que hablaba otra persona tocando sus labios con los dedos (el llamado método Tadoma), en el cual se identifican las palabras por las vibraciones que produce la voz.
A los ocho años de edad Hellen ingresó en el Instituto Perkins para ciegos, y más tarde en la Escuela Wright-Humason para sordos de Nueva York. El progreso de Hellen, fruto de su voluntad y ansias de superación, le llevó a graduarse con Matrícula de Honor en el College Radcliffe de Cambridge (Massachusetts), en 1904, cuando contaba con 24 años de edad. Anne, su inseparable maestra, fue su intérprete en todo momento. Sorprendentemente, Hellen no sólo fue capaz de aprender su lengua en Braille, sino también francés, alemán, griego e incluso alguna lengua ya muerta, como el latín. Además, se doctoró en Ciencias y en Filosofía y Letras. Cuando tenía 31 años de edad se había convertido en la persona más famosa e influyente de Estados Unidos, en lo que se refiere a la dirección de la opinión pública.
Puedes descargar la biografía completa en: http://www.educarecuador.ec/_upload/HellenKeller.pdf
Hellen Keller
27 ene 2010
Etiquetas:
Comunidad sorda,
Cultura,
Logopedia
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