Hace días que vengo pensando comentar en el blog los beneficios que veo en la opción de contar chistes a los niños. No sólo por lo obvio, que sería reirse un buen rato juntos, sino por los que quizá pasen un poco desapercibidos. Seguro que entre todos se nos podrían ocurrir muchos más, pero así a bote pronto se me ocurren:
- Promueve la liberación de adrenalina y por consiguiente la posterior descarga de endorfinas, lo cual a su vez provoca unos primeros momentos de euforia y posteriormente de relajación.
- Ayuda a eliminar tensiones físicas, pues la risa proporciona un efecto de masaje vibratorio por todo el organismo.
- Rebaja los niveles de estrés y las tensiones psíquicas.
- Aumenta las defensas del sistema inmunológico.
- Es una herramienta estupenda para trabajar la estimulación lingüística y cognitiva (dobles sentidos, metáforas, rimas, juegos de palabras...)
- Favorece la agilidad mental y la memoria.
- Fomenta la creatividad y la imaginación.
- Es un recurso magnífico para mejorar aspectos de sociabilización (puede ayudar a superar la vergüenza y la timidez)
- Ayuda a aumentar la autoestima (por la retroalimentación positiva que se recibe de la persona que escucha el chiste)
- Puede ser una forma divertida de trabajar la lectoescritura, tanto trascribiendo los chistes que se van contando, como posteriormente leyéndolos.
Para que comenceis a ponerlo en práctica teneis en las dos entradas anteriores algunos chistes para niños (chistes de Jaimito y chistes de alumnos inteligentes). Y como dijo Churchill "Un chiste es algo realmente muy serio" ;)
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1 comentarios:
muy buena esa
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