El aprendizaje de un idioma puede resultar muy pesado y aburrido si no se hace uso de herramientas de enseñanza motivadoras para los estudiantes. La música y las canciones son un perfecto aliado para trabajar de un modo práctico y entretenido las distintas áreas cognitivas de una lengua extranjera. Ampliar vocabulario, reforzar la entonación y pronunciación y repasar la gramática en un contexto real son algunos de los aspectos didácticos fundamentales que se pueden mejorar a través de los recursos musicales.
Sin saber qué significa, y menos aún cómo se escribe, una persona puede ser capaz de repetir de forma automática, con el mejor acento y entonación posibles, una canción en otra lengua diferente a la propia. Es la virtud que tiene la música, que se retiene en la memoria de un modo más fácil que otras vías de asimilación.
Las canciones se utilizan de forma habitual como un recurso didáctico en la enseñanza de idiomas. Además de ser una herramienta motivadora por su carácter lúdico y entretenido, proporcionan a los maestros numerosas posibilidades para trabajar los distintos aspectos curriculares de una lengua.
A través de las canciones, los alumnos pueden trabajar distintos objetivos didácticos del aprendizaje de lenguas extranjeras. Uno de los aspectos más valorados por los docentes son los concernientes a la parte fonológica de los idiomas, esencial para un correcto dominio de otra lengua. Las canciones suponen una oportunidad única para trabajar con la pronunciación y la entonación, para revisar distintos acentos de un mismo dialecto y para potenciar la expresión oral de los alumnos.
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1 comentarios:
Muy interesante. En este mundo totalmente globalizado, aprender múltiples idiomas abre puertas no solo desde el punto de vista cultural sino también en el plano laboral aprovechando la necesidad de las empresas de contar con personas que puedan llevar a cabo relaciones con sus clientes en el extranjero.
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