Ya queda poco tiempo para la Navidad y para que comiencen las vacaciones de los niños. Llega el momento de las reuniones familiares o de los viajes. Es la época del año más entrañable para los niños y en la que podemos aprovechar para transmitirles los valores asociados a la Navidad. Pero no olvidemos que también es una época del año que genera muchas tensiones en las familias si no se gestionan con anticipación.
Los nervios, las compras de última hora, la preparación de las comidas, la decoración navideña y las reuniones familiares son factores externos que no deben alterar la buena organización familiar y el clima navideño que queremos enseñar a nuestros hijos.
Independientemente de los planes previstos en la familia, si nos quedamos en casa o salimos de viaje, hemos de tener en mente varios consejos que pueden ayudarnos a organizar estas fechas y a tener en cuenta a todos los miembros de la familia:
* Fijar un plan entre todos: Es conveniente reunir a toda la familia y que cada uno de los miembros diga qué es lo que más le gustaría hacer en esas fechas (actividades, visitas familiares, villancicos, juegos en familia, etc.). Es conveniente que haya un acuerdo entre todos de lo que se quiere hacer. Por último, hay que elaborar una lista con las actividades ordenadas por preferencia y en la que se habrá tenido en cuenta todas las opiniones.
Cuando los niños son pequeños, son los padres los que deben fijar ese calendario de actividades presentando a los pequeños varias opciones y comentándolas con ellos. A medida que éstos se hacen mayores, debemos aumentar su participación y tener en cuenta sus aportaciones.
De esta manera, estaremos enseñando en familia a compartir y a respetar las preferencias de los otros.
* Mantener la rutina y el horario infantil: Aunque en estas fechas es difícil conseguirlo, es conveniente saltarse lo menos posible las rutinas infantiles, sobre todo cuando los niños tienen menos de 10 años.
Su cuerpo no está lo suficientemente desarrollado como para asimilar los ajetreos y horarios prolongados de cenas hasta muy tarde. Si nos ajustamos a sus rutinas estarán menos irritables y de mejor humor.
* Ser flexibles: A pesar de que hayamos fijado un plan entre todos, estamos en las fechas de los imprevistos y debemos adaptarnos a estos cambios. En lugar de estresarnos es mejor ver estos cambios como algo que introduce más emoción y variabilidad a vuestro plan navideño.
De esta manera disfrutaréis todos más y los niños aprenderán a no ser rígidos.
* Ajustar el presupuesto de las compras navideñas y no excederse en los regalos de los niños: Aunque esto es lo más complicado, por el bombardeo de mensajes que nos incitan a comprar y a consumir, debemos ajustar nuestras compras a nuestro presupuesto y no excedernos en miles de regalos que saturan a los niños.
El juego no es cosa solamente de la Navidad sino de todo el año. Es mucho mejor dosificar los juguetes y fomentar el juego y diferentes capacidades durante todo el año, que comprar muchos juguetes ahora a los que los niños no hacen caso y olvidarnos hasta el año que viene.
* No tratar de hacer todo, todos juntos: Si bien es muy importante hacer cosas en familia, no se puede abarcar todo tipo de actividades conjuntamente en todas las ocasiones.
Es mejor que aquellos miembros de la familia que no quieran hacer una actividad, no la hagan, en lugar de estar participando en ella refunfuñando y quejándose.
* Desechar el aburrimiento: Hay muchas actividades que se pueden hacer en familia y que ponen la creatividad de todos a funcionar. Desde preparar manualidades navideñas, decorar la casa, montar el belén, poner el árbol, cocinar galletas o bollos, inventar un teatro casero de niños, dibujar christmas, jugar a algún juego, hacer alguna excursión, leer un libro, ir a comprar turrones a algún lugar típico, visitar belenes...
Son multitud de actividades para poder hacer esta Navidad. No debe haber lugar para el aburrimiento. Además es importante pasar tiempo con los niños de manera individual, y dedicarles atenciones exclusivas que enriquezcan vuestra vida y generen experiencias que perdurarán en la vida de cada uno de ellos.
* Alternar días de tranquilidad y días de bullicio: En Navidad pasaremos jornadas intensas en las que haremos muchas cosas juntos.
Por eso, es importante que al día siguiente los niños estén en un entorno más tranquilo que les permita descansar y recargar energías.
* Anticipar comportamientos y prevenir conductas: Puede haber días en los que haya que esperar más de la cuenta para comer o incluso haya que esperar a otros miembros de la familia para abrir los regalos. Son varios los comportamientos que se pueden generar (observador, simpático, paciente, curioso, hablador...) y sus contrarios.
Debemos advertir a los niños de estas situaciones y explicarles cómo se deben comportar y por qué. Así trataremos de evitar situaciones de irritación e impaciencia en los niños y les estaremos transmitiendo una conducta positiva.
Una vez hayan pasado estas Fiestas puede resultar muy gratificante que toda la familia se reúna y que dialogue acerca de las experiencias y vivencias de cada uno. Es el momento de repasar las fotografías, de evaluar los buenos momentos y los comportamientos menos adecuados. Al analizarlos se puede hablar de qué es lo que pasó y prever los cambios necesarios de cara a las próximas navidades o reuniones familiares. Con estos consejos trataremos de sacar el mayor partido a las próximas navidades en familia y crearemos nuestra conciencia navideña en familia.
Fuente: educaKids
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario