El alumno cambiará al educador... es el título del artículo que Alejandro Suárez publicaba hace unas semanas en El Confidencial. Me parece una reflexión interesante, os copio parte de ella y enlazo el artículo completo al pie.
La revolución del 'e–learning 2.0' llegará a los
colegios de nuestros hijos, que vivirán una reestructuración similar a
la que internet ha vivido con las nuevas tecnologías y la aparición de
la web 2.0.
El alumno no será un receptor pasivo del mensaje, sino que
interactuará con él, lo que cambiará el rol del educador. A aquél
se le hará partícipe de la comunicación, que dejará de ser un canal
unidireccional para convertirse en un nuevo medio que incentiva y
estimula el alto rendimiento intelectual, así como revoluciona el
mensaje del aprendizaje.
La revolución no es
sólo tecnológica, aunque ya de por si es bastante cambio ver a mi hija,
con ocho años, trabajar en su clase con un iPad, y recordar hace no
tantos años como yo manchaba mis manos de tiza blanca.
El lugar natural de un profesor pasará a ser el de un inmigrante mal integrado
frente a sus alumnos. Éstos, desde muy temprana edad, serán expertos en
tecnologías y podrán manifestar un rol de relativa superioridad en el
uso de las herramientas técnicas más comunes en el entorno escolar ―que
para ellos serán tan sencillas y accesibles, como complicadas para
nuestros maestros―.
La memorización poco a poco
pasará a ser secundaria y el foco se pone en la capacidad de filtrado
de la información, el saber y poder acceder a ella en cualquier momento,
y el poder distinguir las fuentes fiables de las que no deberían
generar confianza. La escuela va a pasar a ser una comunidad colaborativa
que potencia y modera el aprendizaje en el seno de un ecosistema de
información que aprende y comparte elementos, que interactúa y mantiene
en un mismo rol al alumno y al profesor.
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